

Daniel Sancet Cueto
poemas
las sanguijuelas bailan para mí justo al lado de mi cama volveré a escuchar ladrar a los fantasmas y sin embargo de un salto me levanto para envolver sueños en papel de charol y emigrar al país de nunca jamás ya sabes no hago nada salvo acuchillar palabras roto el mimbre a nada sabe el aire sálvame si puedes estaré donde descansan las películas en vhs … leo libros que no entiendo más que yo oigo cintas que he grabado con mi voz …
sobrevivir cada segundo a tu lado como dos hiedras enlazadas que muerden las entrañas del muro amenazar al reloj de arena tejer en el calendario sonrisas reír del silencio hoy es el mejor de los días y mañana seremos los mismos que ayer superhéroes sobrevolando alcantarillas óleos pegados al lienzo de la realidad tan solo quiero hacerme viejo para envejecer contigo guardo una bala que morderá mi paladar si dejo de escuchar tu respiración … mi casa está donde estás tú, los mismos ojos, la misma luz …
respiro la hierba del diablo heredando la sabiduría del pasado me rebelo incandescente y no estoy solo los hijos de la noche hemos pactado el silencio compartiendo leyendas tras el ascua maldecidos desheredados tenemos razón para no hacer caso … abrimos las puertas que todos nos cierran o tiramos las verjas …
canturrea mientras juega a ser mayor baila con la brisa que se cuela en nuestra casa y descamisa el tedio y el cansancio de los días da gusto verla saltando de la pared a la mesa tiroteando las capitanas de polvo que decoran nuestro cercano oeste marcando el rumbo de este barco siempre en fiesta siempre alegre porque ella abre las alas y puede ser cisne mariposa el águila que los días alimenta o cuervo nocturno y sigiloso invisible para quien no quiere verla … cerca de ti mi cansancio es distinto el punto de fiebre que necesito …
se retorcerán como una hoja derritiéndose en la hoguera desangrándose al ritmo que sus mentiras van muriendo paso a paso arrastrándose ante el sol gigante de los puños cerrados de rodillas besando la tierra victoriosa que habremos conquistado serán sus palabras asesinadas sin piedad sus actos expuestos para nunca poder olvidarlos se vestirán de barro y sangre nuestros cuerpos desnudos fundiéndose en un abrazo inalcanzable la unión de los que siempre eligieron seguir adelante serán nuestras luchas promesas … porque mis ideales viven a la izquierda de mi pecho, porque puede más mi rabia que el general desconsuelo …
el juego la voz que susurra el calor de los labios la ropa esparcida el rosa bañado en la lengua la boca del paraíso el brillo de la piel transpirando la respiración animal el baile descontrolado la electricidad en los músculos el mordisco en el trapecio la explosión en cadena el instante en que nada existe y la ingravidez … suda la rutina en los espejos y me enamoro de tu braga en el balcón …
Nacidos de los sueños de otros Somos del papel del que nacen nuestros sueños, de la tinta del olvido; enhebrados cada día con el hilo de las palabras volátiles esculpidas a fuego en cada libro. Así es cómo, fecundados por las letras, eyaculamos en la tierra extenuados sabiendo que nuestra simiente no es más que un tiro al aire cuya fuerza es la pólvora del trabajo de otros.
Héroes Los héroes ya no duermen en los libros de Historia, ni maquillan sus vanidades en plazas, museos o catedrales por los siglos de los siglos. Esos no son héroes, son otra cosa. Yo encuentro héroes cada día, los veo saliendo y entrando de la fábrica, recorriendo las calles con un carro de la compra, esperando en las puertas de los colegios, llorando sudor en silencio, acudiendo a los mercados, amamantando todo lo que les rodea, buscando el brillo de la vida en cada rincón de la escalera, sonriendo a los suyos al mismo tiempo que un terco temblor les amilana los senidos. Los héroes ya no se vanaglorian por salvar nuestras insignificantes vidas, los héroes caminan desnudos exponiendo su fragilidad en silencio, desangrándose a cada paso que dan, mirando al frente con un único pensamiento en su caja de resonancia: si me detengo, los míos tendrán problemas.
